Por qué necesitamos salvación?

Esta es una pregunta que la mayoría de la gente se hace y sobre la cual meditan. Nos preguntamos; ¿Por qué?

¿Qué pasó que nos perdimos?

Algunos de nosotros hemos tenido la suerte de haber sabido acerca de esta condición muy temprano en nuestra vida, otros por el contrario no han sido expuestos, introducidos o por las circunstancias de la vida se les han enseñado los principios equivocados.


Me gustaría empezar a señalar que somos idea de otra persona. Que la gente lo crea o no, somos el resultado de un amor más grande que cualquier cosa que podamos imaginar. Fuimos creados de la nada, solo por el poder de Su "Palabra". La palabra fue dicha y la creación llegó a existir. Una creación tan perfecta que Dios estaba complacido y feliz por lo que había hecho. Entre toda la creación, los humanos somos la corona y el orgullo de nuestro Señor. Nos dio algo que ninguna otra criatura en la tierra tiene, nos hizo a Su propia imagen y nos dio el aliento de vida que todos disfrutamos hoy. Él es el que tiene el control sobre todo y sobre todos. Él decide dónde nacemos y para qué fuimos creados. Él es quien cubre todas nuestras necesidades.


Este hecho es crucial para la comprensión de nuestra vida. No estamos hechos para nosotros mismos, sino para Él. Nos hizo mayordomos de su creación, propiedad de otro, por lo que en un momento dado tendremos que dar cuenta. Eso significa que no fuimos creados al azar o por casualidad, estamos aquí por una razón, por un propósito y no importa cuánto tratemos de encontrar satisfacción en el mundo, nunca podremos estar satisfechos hasta que tengamos una relación personal con El.

Entonces, si fuimos creados con este propósito final para nuestra vida; ¿Que pasó?

El mundo es un lugar hermoso con tantas maravillas para disfrutar, pero al mismo tiempo, algo no se siente bien. A veces, los seres humanos son benignos y tiernos y a veces, muy destructivos y opresivos. El único lugar donde podemos encontrar la respuesta a esa pregunta es en la Biblia. El primer hombre y la primera mujer tuvieron una relación perfecta con Dios, pero fueron engañados y actuaron en rebelión contra Dios. Este acto significó que el hombre y la mujer querían ser como Dios y vivir sus vidas en sus propios términos. Fue una decisión egoísta y destructiva. Al ir en contra de Dios y decidir hacer su propio plan, con su muy limitada sabiduría, el hombre y la mujer introdujeron la corrupción y la muerte en la creación perfecta de Dios. Este acto de rebelión introdujo el pecado en el mundo. El pecado, que como una pequeña semilla, muy discreta, comenzó a crecer y crecer en nuestra sociedad trayendo dolor, sufrimiento y destrucción. Por lo tanto, somos culpables ante nuestro Dios Santo y no tenemos forma de salvarnos nosotros mismos.


Esa es una situación muy triste y desesperada, si no fuera por el amor incondicional de nuestro Padre Celestial. El sabia que caímos en una situación de la que nunca podríamos escapar. Por eso ideó un plan. Debido a la rebelión y la desobediencia del hombre, nos volvimos imperfectos ante los ojos de Dios, nos volvimos impíos. Esa impiedad nos separó de Dios y la única forma de volver a conectarnos era mediante un sacrificio o un rescate. Entre los hombres ninguno era aceptable, éramos y somos imperfectos, todos somos pecadores.


En su infinita sabiduría, Dios decidió actuar. No nos dejó a nuestra propia suerte, se acercó y vino en la forma de Jesucristo. Un Dios con todo su poder, santidad, amor y misericordia, encarnado para tomar nuestro lugar como cordero de sacrificio. Cuando murió en la cruz, tomó todo el castigo que merecíamos y pagó nuestra deuda ante Dios. Ahora, a través de Su sacrificio, nos ha concedido acceso a Su trono y el perdón de nuestras transgresiones y pecados. Todo esto lo hizo gratis. No tenemos que pagar ni hacer nada para ser salvos, solo confía en Jesús y Él vendrá a ti y te hará parte de Su reino para siempre.


La mejor parte de este plan aún está por llegar, cuando todo se arreglará nuevamente. Jesús restaurará el orden de las cosas como estaban antes de la caída del hombre. Un día regresará como Rey de todo y reinará con justicia y amor. Está vivo y tiene el control de la historia del hombre, pero la pregunta sigue siendo:

¿Estás dispuesto a encontrar el propósito para el que Dios te creó?

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